DUDH: 75 aniversario

DUDH 75: ‘dignidad, libertad y justicia para todos’


‘La Declaración Universal de Derechos Humanos es un texto milagroso que reconoció la igualdad
de todas las personas
en un momento en el que el mundo salía de acontecimientos catastróficos’

(Volker Türk, alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos)

‘Debemos mantenernos firmes ante el aumento de la intolerancia y construir un futuro
de dignidad, seguridad, justicia y derechos humanos para todos’

(António Guterres, secretario general de Naciones Unidas)

 

El 10 de diciembre de 1948, la incipiente NU (Naciones Unidas) adoptó, de manera histórica, la DUDH (Declaración Universal de Derechos Humanos) en un intento de reconstruir el mundo – tras la segunda guerra mundial, el holocausto, la depresión económica y la bomba atómica -, sobre los cimientos de nuestros derechos inherentes. Aprobada en París por los entonces 58 estados miembros, es aceptada por los 193 que la componen en la actualidad. Si bien no tiene fuerza de tratado internacional vinculante, sirvió de inspiración de numerosas constituciones, entre ellas la española.

La influencia de la DUDH en las décadas posteriores ha sido notable para conseguir progresos en materias como: igualdad, educación, sanidad o desmantelamiento colonial. Inspiró, a su vez, un florecimiento de la sociedad civil fundamental para el propio avance de los DDHH (Derechos Humanos). Con sus 30 artículos, es el documento más traducido del mundo y, aunque el texto no ha cambiado, el catálogo de derechos considerados dignos de protección y promoción está en continua expansión.

Podemos afirmar que esta ruta es más pertinente que nunca, como ilustra el hostigamiento a que se está viendo sometida la población de Gaza en las últimas semanas. Los conflictos siguen causando estragos desde 1945 con escasa consideración hacia la población civil. Nos enfrentamos a desigualdades exorbitantes, a restricciones constantes del espacio y a una aceleración incontrolable de las tecnologías digitales.

Frente a ello, el poder de la Declaración reside en su promesa de derechos. Sus principios trascienden de divisiones geopolíticas y sociales nutriéndose de lo más profundo: solidaridad, empatía, conexión. Los enfoques basados en derechos son los únicos que permiten alcanzar un desarrollo inclusivo, participativo y sostenible, definiendo leyes justas.

La tercera generación de derechos: la DUDH afronta actualmente su tercera generación derivada del impacto de la revolución digital y tecnológica. A la primera – derechos civiles y políticos –, le siguió una segunda – derechos sociales, culturales y económicos -. La tercera incluyó en 2010, a iniciativa española, los derechos a: agua potable y saneamiento y a un medioambiente limpio y saludable.

Sin embargo, a pesar de estos logros, estamos lejos de alcanzar el mundo ideal con el que soñaron los artífices de la Declaración que marcaron una ruta hacia un mundo más pacífico y justo que reconociera nuestra humanidad compartida.